Té alto cítrico

Hipocalórico Frío

Prepará tus ingredientes en una mesada. Calentá medio litro agua para el té negro (aproximadamente a 70°).
Mientras se calienta el agua, podés avanzar con la limonada y volver luego.
Cuando el agua esté lista, colocá las hebras (o saquito) en una tetera y dejalo infusionar (simplemente estás haciendo un té).

La limonada no es más que un limón con cáscara licuado con agua y luego filtrado. Como en todo, existe una técnica para lograr mejores resultados, como por ejemplo reducir el nivel de amargor (ojo, amargor no es lo mismo que acidez). Veamos cómo.
Cortá las puntas del limón. Luego cortalo a la mitad a lo largo de su eje como en la figura. Usaremos una de las mitades. Cortala en gajos. A cada gajo, quitale el centro blanco que es fibroso y amargo, al igual que las semillas. Luego cortá los gajos en mitades.
Poné el limón troceado en la licuadora, y luego llenalo de agua hasta las aspas (un vaso o 250 ml aproximadamente). Licualo bien durante 2 minutos. Luego completá con otro vaso de agua y volvelo a licuar unos 15 segundos más.
Finalmente, serví en un recipiente grande donde puedas filtrarlo con un colador.

Yo prefiero exprimir las naranjas para hacer jugo. También podés usar exactamente la misma técnica que con la limonada, solo que sin la cáscara y tampoco necesitarás agregar tanta agua.
Si preferís usar un jugo envasado de naranjas exprimidas, es una opción alternativa, muy alternativa.

Cuando tengas las 3 preparaciones listas, pasá el té (ya tibio) a la licuadora, filtrándolo si es en hebras.
Atención: No se recomienda poner líquidos muy calientes en la licuadora. Si tu té todavía tiene temperatura, no te preocupes, la perderá al mezclarse con la limonada y el jugo de naranjas.
Licualo durante 1 minuto, es normal que se haga una espuma arriba.

Poné dos cubos de hielo en un vaso y servilo.
Tiene un sabor algo exótico por la infusión, entre dulce y ácido.
Las naranjas (si están buenas) aportarán un nivel de dulzor suficiente. Hay varias formas de endulzarlo naturalmente un poco más, aunque desde luego, lo más recomendable es aprender a percibir los sabores tal y como son.

Consumilo en el mismo día en que lo preparaste.